Magia

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Cazador

lunes, 21 de diciembre de 2015

Capítulo 11:El Camino del Osario

La pequeña compañía salió por la puerta sur de la ciudad al mismo tiempo que los primeros rayos del alba rozaban la cúpula del Maestratum. se habían retrasado mas de lo que esperaban y el camino hasta el bosque Zarclash, aunque no era dificultoso, era por lo menos largo. Jocab miró el plano buscando algo que les pudiera servir de ayuda. Las enormes llanuras que separaban la ciudad, antes del Gran Kaos era una gran metrópolis que quedo arrasada por la magia salvaje desatado por el desastre apocalíptico. solo quedaron los restos de algunos grandes edificio que se veían en la lejanía, delineando con su silueta el horizonte que se mostraba desde la puerta de la ciudad-estado. la gran metrópolis de la antigüedad estaba rodeada por un enorme parque boscoso, en el que la gente de la gran metrópolis sin nombre del plano podría salir los fines de semana de picnic o para hacer deporte. Jocab no tardó en adivinar que ese parque urbano era el bosque Zarclash antes que 6000 años de dejadez y la propia magia salvaje lo convirtiera en un bosque frondoso y salvaje. Si los limites del bosque seguían siendo los mismos, calculó que tardarían 6 días de camino llegar hasta el, 4 si descansaban solo lo suficiente e iban a buen paso. Mientras cruzaban el puente del río que rodeaba Forentud, empezó a rememorar lo que sabia del protectorado. Al norte de la ciudad se encontraba la bahía y el océano, al igual que al este. Una pared de roca se encontraba a las orillas del estuario y formaban un muro de mas de 300 metros de altura que iba perpendicular al océano al norte de la ciudad y se perdía al oeste, estando el muro impertérrito de las Brumas Eternas a pocos metros de la cima del muro. Al oeste y al sur se expandían unas grandes llanuras donde las razas que vivían en el protectorado cosechaban sus cultivos, siempre evitando las ruinas de la vieja metrópolis y los hoyos en el suelo que llevaban a la vieja red del antiguo alcantarillado, con la mayoría de túneles cegados o derrumbados, con varios poblados desperdigados en ellas. También sabía que se encontraban unos pocos asentamientos temporales donde los humanos malvivían hasta que sus vecinos de otras razas los expulsaban, desmontando sus precarias casas y trasladándolas a otras zonas donde esperaban vivir una temporada lo suficientemente larga antes de volver a recoger sus cosas y volver a trasladarse. Había 2 poblados en las lindes del camino, lo suficientemente grandes para estar en un plano y demasiados pequeños como para tener nombre propio. el primer poblado estaba a mitad del camino, y vivía de un mercado central donde se vendía lo que se cosechaba en los alrededores y se comercializaba con productos de poblados mas alejados. El otro poblado estaba en las lindes del bosque y, como no, vivía de la madera y los demás productos que se conseguían de la floresta, como las bayas y las pieles de animales cazados allí.

Estuvieron andando durante varías horas, hasta que, cerca del mediodía, pararon un rato para comer un poco de sus pequeñas reservas y beber algo. Mugrin y Lest estaban frescos, y se notaban que su vida era muy activa, pero Jocab estaba con los pies doloridos por la falta de costumbre. Intentando disimular su malestar, se giró hacia el pequeño Lest.

-Dime Lest, ¿como fue tu viaje hasta Forentud?

- No fue gran cosa - contesto el niño comiendo con ganas un trozo de cecina seca de los escasos víveres. - cuando vi lo que pasó en el pueblo solo paré para recoger un odre con agua del poblado y me interné en el bosque. el odre estaba medio vacío, pero en el bosque a poco de mi poblado había un riachuelo y llené el odre allí. Ahí me di cuenta de la marca que me había salido en el pecho. Comía de los conejos cazados y cuando salí del bosque encontré un poblado. Intenté pedir ayuda allí, pero me echaron a pedradas. Continué el viaje lo mas rápido que pude, pero cuando llegué al segundo poblado lo rodeé, creyendo que en la gran ciudad del final del camino conseguiría la ayuda del rey, como se prometió cuando se creó mi pueblo. Lo que sucedió después ya lo conocéis.

- ¿Cuanto tardaste el llegar a Forentud? - preguntó Mugrin terminando su particular almuerzo, hecho de pan y un par de peces en salazón.

- No estoy muy seguro, con la inquietud solo pensé en llegar lo antes posible. Dormía por las noches y al alba me volvía a levantar para seguir por el camino. Creo que tardé una semana, mal contada.

- Pues será mejor que nos pongamos en camino de nuevo - comentó el minotauro mientras Jocab ponía mala cara, pensando en la caminata que les esperaba. - Cuando mas andemos ahora, antes llegaremos a tu pueblo.

- Sí, tienes razón - Jocab se levantó con pesadez - tal vez debería haber protestado un poco mas para conseguir aunque sea un pequeño mulo...

Siguieron por el camino hasta que empezó a anochecer. Entonces pararon y prepararon el campamento para pasar la noche.