Magia

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Cazador

domingo, 8 de septiembre de 2019

Capitulo 13: Miedo en el pueblo

A primeras horas del alba, Lest desperto a los 2 cazadores despues de su turno de guardia. rapidamente desmontaron el pequeño campamento y siguieron camino al sur por el Camino del Osario. la mañana, que el dia anterior parecía veraniega y llena de promesas de un verano largo, empezaba a nublarse y en el horizonte se veian nubes que amenazaban lluvias.

Jocab empezaba a preocuparse de como iban a resguardarse del inminente torrente de agua. Según sus calculos estaban andando a buen rito, y en un par de horas llegarian al primer pueblo. Pensaba rodearlo ya que, aunque tuviera ya su ansiada sobrecamisa y eso le daba cierta protección contra la gente del Protectorado de Forentud, su joven acompañante carecía de ella. Pero las lluvias, sobre todo las primeras de la temporada, solian ser muy fuertes y si uno o varios de los integrantes de la comitiva enfermaban por coger frio caminando empapados no podrían ayudar mucho al pueblo de Lest. mientras iba cavilando, se vio a lo lejos la silueta del pueblo. De repente, mugrin cogio con sus fuertes manos los hombros de sus amigos humanos, deteniendolos en seco.

- ¿Que pasa, Mugrin? - pregunto Jocab saliendo de sus cavilaciones gracias al fuerte apreton de su amigo en el hombro (un hombro que no se habia recobrado del todo despues del dia de la ceremonia). - Si te preocupa que nos hagan un mal recivimiento descuda, pensaba rodear el poblado.

- No es eso- dijo Mugrin con el ceño entrefruncido - ¿no te parece que aqui falta algo?

Jocab si giró viendo a la lejanía la silueta del pueblo. Tenía ciertos recuerdos de ir hasta aqui con su padre adoptivo para conseguir viveres para el Maestratum. En el mercado del pueblo siempre le trataban con deferencia por ser un Cazador y no intentaban cobrar al gremio de mas como solían  hacer en el mercado de la ciudad intentando sacar todas las monedas posibles de la tesorería gremial. No era muy grande. unas doce o trece casas, pero se notaba que la población era prospera, su posada era mas que decente, y los niños del poblado gritaban jaleosos jugando, mezclandose sus chillidos con la algarabia del mercado y los tenderos gritando a pleno pulmón sus mercancías...

Eso era lo que faltaba. sopló un viento frio que heló la sangre en las venas de Jocab cuando se dio cuenta de lo que su gigante amigo quería dar a entender... todo estaba en demasiado silencio.

- Lest, quedate detras de nosotros- dijo Jocab cogiendo con las 2 manos su gastado bastón de combate que hasta entonces usaba de bastón, mientras mugrin cogia su hacha de batalla. Y de esta guisa entraron en el silencioso pueblo.

Lo primero que notaron al entrar en el era el olor a podredumbre. Restos de tiendas con sus mercancias en el suelo pudriendose llenaban toda la plaza que hacían las casas a su alrededor, puertas de madera rotas, astilladas como si un ariete hubiese machacado hasta la ultima de ellas en un desenfreno de destruccion... y los cadaveres...

Eso era lo peor, cuerpos tanto de adultos como de niños, cogidos por sorpresa haciendo eso una masacre inimaginable. Entraron en todas las casas, vigilando que nada se les pasara por alto, mientras Lest se quedaba en la plaza intentando mirar a todos los lados a la vez para que nada los sorprendiera

Vacías, todas las casas estaban vacías con su contenido destrozado por garras y dientes. Cuando salieron de la ultima casa vieron a Lest examinando el suelo con gesto concentrado. Jocab se acerco al joven (era extraño que lo viera solo como un niño, ya que era solo unos años mayor que él) e intentó mirar lo que Leste estaba observando

- ¿Que haces?- pregunto Jocab

- Estoy revisando las huellas. Por lo que veo solo ha sido una criatura la que ha provocado todo esto. Todas las huellas son identicas, e iba a 2 patas, teniendo una pequeña herida en su pata izquierda. Era increiblemente rapida para provocar esta masacre, e increiblemente fuerte para provocar tanto destrozos. Lo que yo no se es que criatura se trata, nunca he visto una huella tan grande. - en eso que se agachó y recogio del suelo lo que parecia un pequeño trozo de piel escamosa que se había enganchado en un trozo de metal. Mientras caian las primeras gotas de lluvia, el trozo de piel brilló con un pequeño toque acerado. Mugrin y Jocab se miraron. Sospechaba lo que habia provocado la matanza, y no era ninguna buena noticia.

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