Magia

Magia
Cazador

lunes, 17 de agosto de 2015

Capítulo 9: Frustración e Impotencia

- ¿Pero en qué embrollo me he metido?

Jocab caminaba arriba y abajo por la habitación, con cientos de cosas en su cabeza. No sabía qué se le había pasado por la mente cuando, valientemente y al asombro de todos los reunidos, se levantó y comunicó que iba a formar una Partida propia. Ahora, en la pequeña sala donde se habían reunido los tres (Mugrin, Sostias y él mismo), pasado el calentón del momento, las dudas le corroían, como el ácido a una placa de metal.

- Has sido muy valiente, Jocab- comentó Sostias -. A veces las mejores acciones vienen de una reacción impulsiva.

- ¡Y ha merecido la pena por ver las caras de todas las Partidas!- bramó Mugrin -¿Has visto todas esas bocas abiertas, pequeñajo? ¡Mas de uno se habrá comido un par de moscas esta noche!

- De todas formas - apuntó Sostias - no empezáis desde cero. Ayudé muchas veces en mi antigua Partida a preparar las salidas. Lo primero que hay que hacer es contactar con los Surcadores de Bruma, pero por una vez no será necesario ya que no tendréis que atravesar las Brumas Eternas...

- Tendremos que agenciarnos un mapa, provisiones, algún artefacto ofensivo, y otro defensivo del almacén -enumeró Jocab contando con los dedos. - También necesitaremos equipos de acampada, mantas, yesca, un carro, un par de caballos de monta más un caballo de tiro para el carro.Eso sin contar cristales de antimagia para poder neutralizar la maldición del pueblo, si es una maldición, claro está. Podríamos hablar con algún alquimista por si nos facilitan algunas pócimas o hechizos enbotellados...

- Las armas ya las tenemos, pero no estaría mal conseguir otra Hacha de Guerra para poder luchar a 2 manos, y piedras para afilarlas - añadió Mugrin. - Y a ti no te vendría mal un cayado mejor. Si esperamos un par de dias estoy seguro que te consigo el mejor cayado de Leñagris que halla en Forentud, y tal vez un par de dagas para Lest.

- No tenemos tiempo, Mugrin - Jocab arrugó la frente, pensativo. - No sabemos el tiempo que ha tardado Lest en llegar hasta aquí y, teniendo en cuenta el tiempo que tardaremos nosotros en llegar y lo que tardaríamos en analizar la situación y neutralizar el peligro, puede que lo que ha provocado que se transformen en piedra se convierta en algo permanente. Tenemos que salir lo antes posible, mañana como muy tarde.

- Parece que no necesitáis tanto mi ayuda - rió entre dientes Sostias -. Estáis mas preparados de lo que piensas, Jocab; no creo que se te halla olvidado nada.

- Pues manos a la obra. Tendremos que estar toda la noche preparando los pertrechos para poder salir al alba.

- Pues yo me voy ya a la cama - bostezó el anciano centauro -. Mis energías no son las que eran cuando era solo un potrillo y la artritis me está matando. Si os dan permiso de coger algún artefacto de comunicación dejadle el mio a algún acólito para que pueda ponerme en contacto por la mañana con vosotros. Aunque lo dudo, ya que son escasos y las otras partidas los han acaparado, tanto los tecnológicos como los mágicos.

Jocab y Mugrin salieron de la sala y se encaminaron hacia las oficinas que se encargaban de catalogar los objetos que durante siglos han ido rescatando los Cazadores. En ese instante el único que se encontraba en las oficinas era Albatros, un Somsa (elemental de aire menor, con aspecto humanoide pero de cuerpo algo translúcido pero tangíble, con una extraña aficción de poner a sus hijos nombre de criaturas voladoras) que siempre miraba a Jocab por encima del hombro, sobre todo desde que 2 años atrás había conseguido los colores del Gremio y había sido aceptado en la Partida de Caza Mantícora, una de las de mas alto caché. No era ningún secreto que ese puesto lo había conseguido gracias a la influencia de su padre, un monarca de un reino menor que puso como condición a los Cazadores que aceptaran a su hijo menor a cambio de que se instalase un Refugio de Caza (una casa segura del Gremio de los Cazadores de Magia fuera de la ciudad de Forentud) en ese reino. Aun así su prepotencia rezumaba por todos los poros de su transparente cuerpo.

- ¿Qué tenemos aquí? - preguntó con tono jactancioso Albatros -. Si es la mascota del Gran Cazador en persona. ¿Qué puede hacer un humilde Cazador por vos?

- Déjate de tonterías por una vez, pajarito - contestó Mugrin molesto ante los aires que se daba el elemental. Él también era de sangre real, el hijo menor del rey del gran reino minoico, y el reino de los Somsas cabía dentro del territorio de cualquiera de las Grandes Casas-. Necesitamos todo este material: un carro, un caballo de tiro, 2 de monta, 5 piedras de antimagia, provisiones para un minotauro y dos humanoides para una semana, ademas de pienso para los caballos, tiendas de acampada, yesca, piedras de afilar, un equipo de artefactos defensor-ofensor, un hacha de guerra, un cayado de Leñagris, pócimas de alquimia y, ¿que mas era?... ¡Ah, ya me acuerdo!. Una copia de un mapa de las tierras del protectorado de Forentud, preferiblemente de antes de que se suspendieran las incursiones a través del bosque Zarclash...

- ¿Y a nombre de que Partida pongo este material? - se recreó Albatros mirando de reojo a los 2 Cazadores

- Pues... al nuestro, ¿a quién si no? - preguntó confuso Mugrin

- Entonces no puedo darles nada de lo que han pedido - dijo un albatros sonriente.

- Pero... ¿a qué se debe esta negativa? - protestó Jocab, rojo de furia.

- Muy sencillo - contestó Albatros -, todos esos materiales se dan a los Cazadores como recompensa por los artefactos e información relevantes traídos por la Partida y, en caso de que todavía no halla conseguido una cuantía suficiente se necesita la firma del Cazador responsable de la sección de Créditos que se trata de ni mas ni menos...

- ... ni mas ni menos que del Cazador Errarion... - dijo Jocab con la cara pálida. Por eso Errarion estaba tan calmado en la ceremonia. No necesitaba ponerse en evidencia, sabía que se darían de bruces contra esta pared de burocracia y que su carrera como Cazador terminaría antes de empezar.

- Pero - objetó Albatros - me siento generoso. Tal vez sea porque pasado mañana iré con parte de mi Partida al reino de los Esanios para negociar el establecimiento de un Refugio de Caza en la capital de su extenso reino, o tal vez es por referencia al Maestro Sostias que me enseñó mi maestría bélica (tiro con arco), pero... el otro día una Partida pidió más pertrechos de los que necesitaban. Puedo daros tres tiendas de campaña, algo de yesca, provisiones para 3 días, un par de mantas, pero poco más... y también el mapa, has tenido suerte porque los restauradores han hecho copias de un plano, espero que sea lo suficientemente antiguo para que os sea útil.

Jocab le arrancó el plano de las manos de Albatros con frustración. Si no tenían caballos tendrían que partir inmediatamente, sin esperar al alba. Cuando Albatros lo preparó todo, Mugrin cojió el fardo, que parecía desesperadamente pequeño con relación a su inmenso tamaño. Salieron del edificio con la cara de enfado todavía en sus rostros, donde se unió Lest, que les esperaba en las puertas del Maestratum. La sonrisa de este por haber conseguido llevar ayuda a su pueblo, ayudaron a calmar los ánimos de la pequeña compañía.
 Suspirando para quitarse de la cabeza las circunstancias que no se podrían cambiar, abrió el mapa para ver el camino a seguir...

-¡Maldición! - exclamó Jocab - este mapa es inservible.

- ¿Por qué? - le miró Mugrin - ¿Es demasiado actual?

- Mas bien todo lo contrario - masculló Jocab - Este mapa es de antes del Gran Kaos... ¡Forentud todavía ni existía...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario