Magia

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Cazador

martes, 16 de junio de 2015

Capitulo 3. Tumulto en el Mercado

Mugrin y Jocab salieron del Maestratum y fueron dirección sur hasta la plaza del Mercado. Aparte del Maestratum y el Castillo de Huesos, el Mercado era la estructura, o en este caso, conjunto de estructuras, mas importante de la ciudad. Cientos de puestos semipermanentes se encontraban enfrente de ellos, y en ellos se ofrecian miles de articulos con los que los habitantes de la ciudad y sus alrededores se ganaban la vida. Mientras caminaban por la maraña de puestos de madera, los habitantes de la ciudad, la mayoria Tzamish, miraban por encima del hombro a Jocab, y gran parte de ellos no ocultaba su desprecio, pero cambiaban la cara rápido despues de notar la presencia del gran minotauro. Jocab agradecía mas de lo que podia expresar con palabras a Mugrin su compañía. Estaba acostumbrado a las miradas de desprecio dentro del Maestratum, pero una cosa era eso y otra la abierta hostilidad que notaba las pocas veces que salía del edificio con un encargo hacia otras partes de la ciudad. En el edificio durante los ultimos 15 años se habia hecho querer, y si no respetar, por una parte de los habitantes de la enorme academia. Fuera de los muros, era otro humano mas, tratado igual que una rata.

Mientras Mugrin compraba algo para comer con la paga que le daba la institución por ser ya miembro de pleno derecho, Jocab observó que se formaba un corrillo de gente en la calle que daba a la Plaza del Agua. Lo único que podía ver eran las crestas de hueso que indicaban que allí, en el centro del tumulto, estaba la guardia de la ciudad. Extrañado, ya que la ciudad era muy tranquila para ser tan grande, se acercó para ver que podía haber empujado a la guardia a tomar partido. Empujando hasta poder ver el centro de la algarabía, pudo ver a un niño humano, no mucho mas joven que él, luchando con uñas y dientes contra cuatro guardias tzamish, con las formaciones de hueso prestas para clavarlas en el primer tejido blando que se le ponga a tiro cuando se les terminara la paciencia, que parecía suceder en cualquier momento.

- ¡Soltadme, he dicho! ¡Tengo que hablar con el Rey! ¡Mi pueblo necesita ayuda! ¿Nadie piensa hacer nada? ¡Mi familia esta en problemas!

Horrorizado, sabiendo lo que iba a ocurrir y constatando que nadie pondría la mano en el fuego por una rata humana, Jocab salió corriendo buscando a su voluminoso amigo.

-¡Mugrin! ¡Ven rapido!

-¿Que pasa Jocab?- dijo Mugrin, mientras comia a 2 carrillos una torta rellena de maiz y brotes de trigo, con otra en la mano para él -¿No tienes hambre?

-¿No ves lo que pasa allí? ¡Un niño humano exige ver al rey Tzamish!

-¿Que un... QUÉ? ¿Acaso esta loco o quiere suicidarse?

- No creo, parece que es de extramuros, y si alguien con autoridad no hace algo, lo van a trinchar como a un pollo

-¿Y que quieres que haga yo?

-¿Acaso ya lo has olvidado? ¡Ahora eres un Cazador de Magia! En este instante, dentro de la ciudad, solo tienen poder el Rey y los Maestros sobre ti, puedes detener esta locura

Conforme se hacia la luz en la mente del bonachon, pero un poco lento minotauro, la algarabía iba aumentando de volumen, como si el gentío estubiera sediento de sangre.

Antes de que pudiera ocurrir algo irreparable, Mugrin avanzó apartando a la gente y, haciendo que se notara los colores de su sobrecamisa, puso la mano sobre el hombro del capitán de la guardia...

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